Tasa de mortalidad
Se está frente a una tasa de mortalidad de la población española desde el año 1995 hasta el 2007, representada por una gráfica lineal.
En España la mortalidad general se mantiene en cifras bajas, gracias a la mejora del nivel de vida y a los avances médicos. No obstante, la tasa de mortalidad experimenta un ligero ascenso desde 1992, debido al envejecimiento de la población. Por tanto, se trata de un aumento causado por el incremento del número de ancianos, puesto que la mortalidad real continúa descendiendo, como lo demuestra el aumento de la esperanza de vida.
Desde 1995 a 1997 se mantiene una tasa de mortalidad de un 8,8%, esto quiere decir, 8,8 muertes por cada mil habitantes, viéndose aumentada un 0,4% durante los dos siguientes años (1998-1999) a un 9,2%.
A comienzos del siglo XXI vuelve a estabilizarse en un 8,8%, teniendo repuntes en 2003 y 2005, para caer en 2006 en un 8,4% y aumentar al año siguiente un 0,2%.
Las causas de la mortalidad general son las llamadas tres “C”: enfermedades cardiovasculares, cáncer y accidentes de carretera. Además de estar en crecimiento las enfermedades ligadas al envejecimiento, como el Alzheimer o demencia senil y las enfermedades degenerativas, y las llamadas “enfermedades sociales”, relacionadas con ciertos estilos de vida y hábitos sociales, como el alcoholismo, el tabaquismo y la drogadicción.
Con todo esto se puede decir que la mortalidad en España se mantiene lineal, sin grandes cambios, en la que predominan las defunciones de la población senil por los motivos anteriormente mencionados, pero esta mortalidad se ve afectada por el aumento de la esperanza de vida.
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