sábado, 20 de febrero de 2016

Comentario - The reader

The Reader

  Michael Berg, un joven de quince años, se encuentra enfermo mientras regresa del colegio. Hanna Schmitz , una mujer seria y reservada que le dobla la edad, va en su ayuda.

  Con el tiempo, entre ambos surge un apasionado y secreto romance, que se ve interrumpido por la repentina desaparición de Hanna. Ocho años después, siendo ya estudiante de Derecho, Michael vuelve a verla, mientras es juzgada por sus crímenes durante los años del gobierno nazi. Esto llevará a ambos protagonistas a luchar con sus ideas, su carácter y su moral a lo largo de toda la película.

 Es una película rodada en Berlín, dirigida por Stephen Daldry y protagonizada por Kate Winslet(Hanna), Ralph Fiennes( Michael Berg de adulto) y David Kross(Michael Berg de los 15 a los 23). El filme es una adaptación de David Hare de la novela homónima de Bernhard Schlink. Este es un escritor y juez alemán que basa la novela en su autobiografía.

 El escritor insistió en que la película debía filmarse en inglés, en vez de en alemán, ya que trataba sobre la vida en una sociedad post-genocidio, suscitando cuestiones que implican a la Alemania de mitad de siglo, tales como que la parte occidental alemana estaba controlada por países como Estados Unidos y Reino Unido, por lo que el habla inglesa estaba a la orden del día.

 Daldry se informó excelentemente de la situación en aquella Alemania recorriendo los escenarios de la novela con el autor, viendo documentales sobre el periodo de la historia alemana, y leyendo libros y artículos sobre mujeres que habían sido guardias de las SS en los campos de exterminio.

 La película se puede dividir en dos partes:

 La primera, nos muestra una Alemania en construcción, regenerandose de la fuerte crisis que vivía la mayoría de la población, como es el caso de Hanna.

 Aunque en esta primera parte no se hable de ello, está presente de una forma casi invisible la actuación del partido nazi, que se puede ver cuando Hanna vuelve a reaparecer en la segunda parte, en el momento en el que se celebran los juicios contra las guardianas de las SS.
 
 Antes de llegar a la segunda parte, hay un gran vacío histórico en cuanto a lo sucedido durante los siete años que siguieron de guerra. Este vacío se llena, aunque no del todo, durante los juicios que dan inicio a la segunda parte de la película, que es la más relevante en términos históricos.

 En este fragmento de la película, además del contexto histórico nos encontramos con una fuerte y genialmente explicada crítica sobre el comportamiento y la mentalidad alemana. Hay dos grandes ejemplos que engloban muchos otros representados en el filme: el primero, la soberbia, el orgullo y la terquedad de Hanna al no admitir sus errores como persona (no admitir que era analfabeta, por ejemplo) esta actitud representa a una parte de la sociedad alemana después de la segunda guerra mundial; y el segundo, es el pensamiento culpable y recriminante del otro grupo de la población, en este caso reflejado a través de la juventud (compañeros de la universidad de Michael, por ejemplo). Este segundo grupo critica fieramente la poca intervención de los alemanes ante tales injusticias vividas frente a sus ojos, probablemente por el miedo, la censura, la fuerza nazi y las consecuencias que tendría cualquier acto de reivindicación.




 El hecho de que Michael cuente la historia de Hanna a su hija Julia, alega que la película habla de la literatura como un poderoso medio de comunicar los hechos pasados, para que nunca caigan en el olvido. Es importante que generación tras generación este tipo de terribles sucesos se comuniquen para no volver a provocarlos, para tener una idea de nuestro pasado, y para que nunca se llegue a negar o ignorar como aún lo hacen algunos alemanes.

 También cabe mencionar la docilidad y sumisión de la mentalidad alemana ante las aberraciones ordenadas, sin importar el pensamiento individual, la moralidad y la humanidad. Esto lo explica muy bien Hanna cuando declara en el juicio su consciencia ante los actos cometidos, pero la primacía de cumplirlos porque eran normas, y su deber era acatarlas. Como polo opuesto nos encontramos la mentalidad de Michael, que se ve torturado por su forma de tratar con sus actos, algo que lamentará siempre. La culpa por su cobardía al no haber defendido a Hanna cuando ésta, por su soberbia antes mencionada, se negaba a defenderse a sí misma.

 En conclusión, a través de esta película podemos ver la reacción que tuvieron los alemanes ante las acciones que empañaron su historia y siempre formará parte de ella.


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