Estamos frente a un artículo periodístico, publicado el jueves tres de noviembre del 2011, en el periódico español “El Progreso”, que trata el tema de la situación social de la mayoría de los países del mundo, expuesto por la ONU en el Índice del Desarrollo Humano (IDH), Índice de Desarrollo Humano de las Desigualdades Internas (IDH-D) e Índice de Desarrollo Humano de las Desigualdades de Género (IDH-G). Los tres índices son un indicador del desarrollo humano por país de forma estadística, basado en distintos parámetros: vida larga y saludable, educación, nivel de vida digno y desigualdades internas, y de género.
En el artículo, se explotan al máximo las tres principales partes en las que se centran los índices: los países occidentales, los países de América Latina y los países del África subsahariana, y Asia del Sur; a posteriori también nos informa sobre la situación de España.
El caso de los países occidentales mencionados en el artículo es excepcional, ya que la razón por la que se encuentran liderando las listas es porque después de la devastadora segunda guerra mundial y de la gran crisis social y económica que asolaba europa, las ayudas obtenidas por parte de la gran superpotencia del momento (USA) consiguieron reactivar su economía y mantenerla estable hasta el día de hoy. También es importante decir que la mayoría de estos países carecen de sobrepoblación, tienen un alto nivel cultural y su mercado exterior está muy desarrollado.
Con mayor desventaja se encuentran los países de América Latina. Según Oxfam (ONG que trabaja para erradicar la pobreza y la desigualdad social), el año pasado el 1% más rico del planeta era dueño del 48% de la riqueza del mundo. Las ochenta personas más ricas del planeta poseen actualmente lo mismo que los 3.600 millones de personas más pobres. En ese contexto escandaloso, la situación de América Latina, a pesar de haber mejorado en la última década, sigue manteniendo diferencias muy preocupantes. América Latina es la segunda región más desigual del planeta, apenas por debajo del África Subsahariana y seguida desde bastante lejos por Asia y por Europa del Este y Asia Central.
Pero la pobreza no es el único problema que se encuentra en América Latina, también destaca la desigualdad de género, que aunque ha progresado en los últimos años, aún se enfrenta a desafíos considerables, como son la situación económica y cultural de los países, que fomentan una mentalidad machista.
Ésta situación viene de la mano de las consecuencias que tuvo para América Latina la colonización y su posterior descolonización.
La tercera parte del artículo de la que también se habla y se hace especial hincapié, es la de los países del África subsahariana y el sudeste asiático. La realidad Africana es dramática, más de trescientos millones de personas viven con menos de un dólar al día, treinta millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición y el 43% de la población no tiene agua potable. La escasez de agua es una situación que se agrava con las fuertes sequías y la mala administración del agua.
La Organización Internacional para las Migraciones informa que 20.000 médicos, profesores universitarios, ingenieros y otros profesionales han emigrado anualmente de países africanos a países industrializados, desde 1990. Para estos países africanos la cultura no es una prioridad, sus dirigentes sólo buscan enriquecerse a sí mismos y para ello se amparan en las tradiciones para mantener sometido al pueblo.
El sudeste asiático se encuentra en una posición muy parecida a la del África subsahariana. También tiene que ver la colonización que desarrolló el comercio exterior en la india y los países árabes y su posterior descolonización, que dejó a estos países en una situación paupérrima.
Aunque la economía regional depende en gran medida de la agricultura, la industria y los servicios son cada vez más importantes. Un mercado emergente, Indonesia es la mayor economía de la región. Los países recientemente industrializados son Filipinas, Malasia y Tailandia, mientras que Singapur y Brunéi son poderosas economías desarrolladas.
Pero aunque la economía parece crecer en el sudeste asiático, la desigualdad ha ido en aumento y la mayoría de su población vive en una pobreza absoluta con una fuerte intención de integración, pero para ello es necesario una consolidación democrática y la distribución equitativa de la riqueza.
Por la situación de todos estos países (Occidentales, latinoamericanos, subsaharianos y asiáticos) son necesarios estos índices, que aparte de pretender informar, intentan concienciar a la sociedad para mejorar y evitar la desigualdad social, cultural y económica que caracteriza el mundo en el que vivimos.
Patricia Andión Marchena
Maria Camila Beltrán Guzmán
Andrea María Gayoso Rodríguez
Alejandro Morandeira Seijo
1ºBAC B
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